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El Cultivo de los moluscos bivalvos marinos en Argentina
 

La Clase de los Moluscos, abarca organismos que pueden caracterizarse por ser univalvos o bivalvos y estar representados en todos los medios: marinos, de agua dulce y terrestre. La referencia a los Moluscos Bivalvos marinos, centra la óptica en aquellos más conocidos comúnmente e identificados con los nombres vulgares de mejillones, ostras, vieiras y almejas varias;  abarcando en general, diversas clases que se encuentran en forma relativamente abundante en el medio marino. La característica principal que los identifica y que les ha conferido su nombre, es la de poseer una estructura externa formada por dos valvas. Según de qué molusco se trate, el lector se identificará e informará acerca de la actividad de la mitilicultura (cultivo de mejillones y almejas), la ostricultura (ostras), la pectinicultura (vieiras); o bien, encontrará que a veces se designa al cultivo según el nombre particular o común del molusco: cultivo de ostras, de mejillones, de ostiones o vieiras, de almejas,  etc. En general, la actividad que se dedica al cultivo de moluscos, se denomina “malacolcultura” (término muy poco utilizado en la generalidad).  Todos los moluscos bivalvos marinos son filtradores (lo que significa que son los únicos elementos vivos que no necesitarán para su cultivo, el aporte de alimento externo artificial) porque crecen en el medio ambiente, a expensas de las partículas existentes en forma suspendida en el agua y que están presentes en el mar (o el agua dulce). En algunos casos se trata de organismos sedentarios (ostras, mejillones) que no pueden buscar diariamente su alimento, por lo que sus aparatos branquiales les aseguran (por medio de la filtración y recirculación del agua del medio),  el abastecimiento de los nutrientes necesarios para su crecimiento.  Los filamentos que constituyen las branquias forman una compleja estructura,  muy característica, que puede variar en su constitución general, según el animal que se observe.  La branquia actúa en general, como un tamiz efectivo, que junto a una abundante cantidad de cilias y merced al mucus segregado, produce una alta retención de partículas nutritivas durante la continua filtración efectuada. Aunque las branquias juegan un rol importante en la alimentación de estos organismos, también constituyen el órgano respiratorio y es a su nivel que se produce la mayor parte del intercambio, de carácter fundamental,  para la oxigenación de la sangre.  La estructura interna, denominada “manto”  también participa de la respiración, intercambiando gases con el agua circundante.  El consumo de oxígeno efectuado por los animales dependerá de varios factores, siendo los principales entre ellos, el peso del cuerpo,  la temperatura del medio, la ración de alimento obtenida y el ciclo reproductivo.  Los bivalvos pueden además bombear agua a través de su cuerpo, sin obligación de filtrarla, siendo la velocidad de filtración inferior a la de bombeo.

Existen numerosos estudios realizados acerca de la velocidad de filtración y ellos difieren según los autores, debido especialmente a las disímiles condiciones fisiológicas de los animales en observación y a la planificación de las experiencias realizadas en laboratorio. Esta velocidad dependerá además de numerosos factores interrelacionados, que aumentarán o disminuirán la misma. Los sólidos disueltos, la temperatura, la concentración de partículas en el medio (turbidez), etc., todos ellos, influirán altamente sobre los resultados obtenidos y además, por supuesto, sobre la tasa de alimentación de los organismos y por ende, sobre su crecimiento.

Las partículas que se captan a través de la filtración, son dirigidas hacia la boca para su inmediata ingestión y cuando existe exceso de ellas en suspensión, los animales pueden eliminar el sobrante (no ingiriéndolo) por medio de los denominados palpos labiales. Para tener una idea acabada de este proceso, un mejillón de 1 g de peso (expresado en peso seco en carne) puede filtrar hasta 11 mg /hora de partículas. Los bivalvos poseen un tubo digestivo completo, un estómago e intestino y dos sifones (inhalante y exhalante). Poseen enzimas gástricas para ayudar a la digestión de las partículas filtradas y su alimentación está también constituida por un alto porcentaje de materia orgánica disuelta en el agua. También poseen un aparato circulatorio, uno nervioso y uno de reproducción, con estructuras definidas.

Desde el punto de vista de un productor, el factor más importante estará representado por el crecimiento  de los animales y el rápido alcance de la talla de venta comercial y ésta, a su vez,  se encontrará en relación a la abundancia del alimento disponible en el medio para los animales; así como de las condiciones de temperatura. Es evidente entonces,  que antes de proceder a la instalación de un cultivo, será necesario conocer mínimamente las características oceanográficas (físicas y químicas) del sitio de instalación y la abundancia de alimento disponible (relacionado a las características biológicas del organismo que se quiera cultivar).  La temperatura constituye el factor físico más estrechamente relacionado al crecimiento y no podrá ser regulada en el medio de cultivo.  De esta forma, el crecimiento será menor durante los períodos invernales y mayor durante los estivales (debiendo aprovecharse en cultivo, por lo tanto, la denominada “estación de crecimiento” de mejores temperaturas para la especie). Las partículas alimentarias más favorables a los organismos que estén colocados bajo cultivo,  serán aquellas que constituyen el denominado plancton marino (organismos microscópicos arrastrados por las aguas) siendo sus principales componentes,  las algas unicelulares, seguidas por las bacterias. En la época estival, de mayores temperaturas, parte del alimento se destinará al mantenimiento del metabolismo activo del animal y parte del mismo, a los procesos biológicos del crecimiento y de reproducción.

En los moluscos bivalvos, el aparato reproductor es difuso y se ubica sobre la estructura denominada del manto. En resumen, los sexos son separados y en general el número de hembras es igual al de machos (el hermafroditismo se presenta en algunos casos, pero es mínimo). La edad de la reproducción se alcanza en general, en forma rápida y en el término del primer año de vida, durante la primavera. Los productos sexuales se emiten a través de los canales apropiados, siempre que las condiciones del medio sean favorables.  Las gonadas (órganos que encierran los productos femeninos o masculinos) van madurando a través del ciclo normal de vida y para todos en general; aunque existen modificaciones mayores o menores según de qué bivalvo se trate.  Una vez madurados los productos sexuales dentro de los órganos reproductores, se expulsan al exterior, donde se produce la fecundación (siendo esta por lo tanto, externa). La emisión de óvulos en una hembra adulta, puede alcanzar hasta el millón o más.  Para que se produzca la maduración y esta finalice en una emisión positiva y luego en una fecundación, es necesario que se mantengan las temperaturas dentro del rango correspondiente a la especie de cultivo y que la alimentación sea acorde a los requerimientos nutricionales de cada una de ellas. Sin duda la temperatura es el parámetro físico más importante, pero no el único.

La continuación del ciclo, una vez producida la fertilización de los óvulos por el esperma, se define en la etapa de la embriogénesis, que culmina con el nacimiento de una larva. La vida larvaria de los bivalvos está también signada principalmente por la temperatura, de tal forma que existe un rango determinado para cada especie, con un mínimo y un máximo, por debajo y por encima del cual, las larvas no sobrevivirán y asimismo, una temperatura óptima, que favorecerá su normal desarrollo. Las larvas son inicialmente planctónicas y pueden fijarse posteriormente y este proceso las lleva a  afrontar obligatoriamente innumerables peligros durante el curso de su evolución. Existen numerosos predadores planctógafos que las atacan, ingiriéndolas, las corrientes marinas las diseminan en gran parte por sitios no aptos y las sustancias químicas pueden afectarlas, así como la presencia de algunos organismos planctónicos de carácter tóxico. Luego de finalizar la fase larval planctónica, se convertirán en organismos bentónicos (viven ligados al fondo), pero no todos se fijan como ostras y mejillones, sino que las vieiras y las almejas, por ejemplo, son de vida libre, aunque mantengan un desplazamiento mínimo. En algunos casos, los moluscos pueden fijarse más de una vez (se desprenden y vuelven a fijarse).

Los sistemas empleados en el cultivo de bivalvos, diferirán según el organismo de que se trate y para cada uno de ellos, el mismo dependerá de las condiciones naturales  marinas y de la selección del sitio donde se pretenda efectuar su desarrollo.

Sobre el litoral marino argentino y debido a sus propias características, el método más utilizado es el de “cultivo en suspensión”. El principio que comanda este tipo de cultivo es la recolección de semilla en cuerdas (caso mejillón) o bien, la disponibilidad de semilla proveniente de laboratorio (ostras, vieiras, otros) y que se instalan posteriormente según diferentes metodologías sobre cuerdas o bien encerradas en determinadas estructuras destinadas a cumplir el ciclo total de cultivo, suspendidas a su vez en el seno del agua por cuerdas. En el caso del cultivo de ostras, puede utilizarse además (disponiendo de las condiciones marinas que correspondan) la metodología de “cultivo sobreelevado”, consistente en el hincado de mesas de hierro, cuyas patas se hunden en el sedimento ( a modo de parrilla) y sobre las cuales se colocan bolsas amarradas que contienen la semilla del molusco.   

A.- El cultivo de los mejillones:  en este caso se trata de moluscos bivalvos de la familia Mitilidae, que a partir del género de mejillón denominado Mytilus dió origen al nombre de la actividad de la “mitilicultura”. Su característica es la de poseer dos valvas iguales, un ligamento casi siempre externo, una bisagra o charnela (prácticamente sin dientes), un pie alargado y un biso (glándula que produce una secreción para la fijación del animal al sustrato). Son animales que se distribuyen desde el hemisferio norte hasta los mares polares de todo el mundo y en nuestro país en particular, se extienden a lo largo de todo el litoral marítimo, desde la provincia de Buenos Aires al norte, hasta Tierra del Fuego al sur; formando concentraciones de diferentes densidades y amplitud sobre los propios fondos marinos, conocidas vulgarmente con el nombre de bancos. De ellos los más importantes en cuanto a explotación comercial, fueron los de Faro Querandí y Banco Quequén en provincia de Buenos Aires, sobreexplotados en anteriores épocas.  Las lanchas costeras provistas de un tipo de red denominado “raño” operan en la zona con desembarques principales en Pto Necochea, Mar del Plata y Gral. Lavalle, actualmente.  Este tipo de pesca es considerada como “exterminadora” por los investigadores, ya que sobreexplotan los bancos, abandonándolos cuando la misma deja de ser rentable. Por el tipo de formaciones, es imposible efectuar una pesca selectiva.  Según Lasta y Pascual (1986) cuando un banco es abandonado debido a su explotación intensiva, puede considerarse como “arrasado” y de hecho es prácticamente imposible que se produzca posteriormente, su reposición.  El Querandí, por ejemplo, fue explotado desde 1970 hasta 1976 intensivamente y en prospecciones posteriores realizadas para su estudio, a partir de 1981, se detectó que el mismo no ofrecía ya posibilidades rentables de explotación. Su explotación comercial, cesó definitivamente en 1977.  

A nivel mundial, la producción de mejillón está liderada por China,  seguida de España, pudiéndose observar en la Tabla 1, las producciones estadísticamente aceptadas para 1997 en Europa, siendo España, con 180.000 toneladas, el mayor productor europeo, junto a Italia y Holanda (estas dos últimas producen en conjunto más que España).  Holanda sufrió últimamente, una reducción del 35% en producción, debido a abastecimiento de semilla para cultivo y a la restauración de fondos para crecimiento (Edwards, 2001).

En general, los bancos naturales, situados sobre el litoral del Atlántico, suelen extenderse hasta cerca o más de los 10 m de profundidad y según se trate,  abarcan varias millas en extensión. El mejillón comercial de consumo, más conocido en nuestro país, es el Mytilus edulis platensis que abarca en extensión, prácticamente toda la costa marítima; mientras que en la zona austral y sobre el canal del Beagle, se presenta el .  Ambos mejillones resultan un material excelente para cultivo,  presentando buena tasa de crecimiento. 

Tabla 1: producción para 1997 en tonelaje por países de la UE.    

FRANCIA

53.604

ALEMANIA

22.330

GRECIA

25.434

IRLANDA

13.285

ITALIA

103.000

HOLANDA

 93.000

PORTUGAL

445

ESPAÑA

188.793

SUECIA

1.425

REINO UNIDO

12.991

TOTAL

514.507

Fuente: MacAllister & Elliot, 1999TOTAL
514.507

La producción mundial de mitílidos para 1995, fue evaluada en 1.200.000 toneladas, de las cuales el mejillón silvestre ocupó el 21% del total y el de cultivo, el 79%, habiendo crecido últimamente.  Para 1997, la producción de mejillón de cultivo alcanzó el millón de toneladas, siendo su principal productor, China, con 450.000 tons. En Oriente, los principales productores, además de China, son Tailandia y Corea. Otro país con excelente producción y que cultiva su famoso mejillón verde, es Nueva Zelanda. Chile produjo en 1997, 10.000 tons y sobrepasó las 12.000 en el último tiempo. 

Las especies más cultivadas en este país, comprenden al Mytilus chilensis (mejillón azul), el Choromitilus chorus (chorozapato) y la Aulacomya ater (cholga). Aunque el cultivo de la cholga es mínimo, el mismo se da como acompañante del mejillón. Es muy importante mencionar que Brasil, habiendo iniciado hace 6 años sus cultivos de bivalvos, produjo 11.359 tons de mejillón y 749.066 docenas de ostras (Panorama da Aquicultura, 2001.

Argentina, es uno de los pocos países del área latinoamericana que no ha desarrollado los cultivos marinos, iniciándose en mitilicutura y ostricultura muy recientemente. Los primeros ensayos de cultivo de mejillón en el país, fueron realizados en forma experimental hacia fines de la década del ´70  en la provincia del Chubut y posteriormente, se sumaron otras observaciones realizadas en Santa Cruz. Ya en 1979, se iniciaron los ensayos en el Golfo San Matías (Río Negro), que  culminaron en una producción comercial inicial (1987-88), de 2,5 tons, hasta desembocar en la actual producción llevada a cabo entre el 2000-2002, de 15 tons.  Para todo lo referente en especial al ciclo de vida de este molusco bivalvo, puede consultarse a Pascual y Zampatti, 1998.

Existe una amplia variedad de métodos y estilos para realizar el cultivo referido al mejillón, desde balsas (como las de las rías españolas),  pasando por los “bouchots” franceses (estacas de madera con bolsas envueltas  alrededor), hasta long-lines, con aplicaciones sumergibles y superficiales.  Cada uno tiene sus ventajas basadas en la historia de la región y las especificaciones del sitio. El tipo de sistema utilizado en la mayor parte de la costa argentina, por las características de sus costas y el batido del mar, es el conocido como “suspendido o de longline”. Los otros sistemas, no se condicen con las características del mar o bien, no muestran rentabilidades aptas (debido a las altas pérdidas que se producen).  Aunque existen bastantes adelantos en cuanto a mecanización (especialmente en Nueva Zelanda), los productores observan los métodos que emplean mano de obra como los mejores para obtener altos rendimientos y mayor eficiencia (Bishop, 2002).  En las mejores producciones se ha comprobado un índice de conversión de 3:1 (o sea, 3 semillas implantadas por cada mejillón recogido). En operaciones eficientes, es común la siembra de 1,3 a 1,8 semillas por cada mejillón producido.  La eficiencia del sitio seleccionado juega un rol sumamente importante, especialmente la profundidad, porque permite aumentar el volumen de producción y también el material utilizado que puede incrementar la eficiencia del sitio, aumentando las utilidades del productor.  La clasificación de la semilla al momento del encordado se considera importante para el resultado en cuanto a producción.  

Cómo proceder al cultivo de mejillón?

Inicialmente, es necesario realizar la captación de semilla en el mar, para lo cual se necesita contar con los resultados de los estudios efectuados por técnicos especializados, con el objeto de conocer y determinar las épocas y momento óptimos para la instalación de colectores al efecto (Zampatti y otros, 1990). Recién entonces, una vez recolectada la semilla, se puede proceder inmediatamente a su encordado y cultivo de primera fase o de pre-engorde (a mayor densidad por cuerda) y luego de finalizada esta etapa (con los moluscos demasiado apretados) se procede al rearme de las cuerdas, a menor densidad para proporcionar mayor espacio y por ende mayores posibilidades de crecimiento, iniciando así, la fase denominada de engorde, hasta alcanzar  la talla demandada por el mercado consumidor.  El método de longline es de origen japonés y el de encordado de la semilla, es una variante del método “marsellés” (originado en Francia). La ventaja del longline, es que permite mantener a los moluscos constantemente bajo el agua, favoreciéndose así, su crecimiento. El cultivo en “suspensión” es una técnica que permite el crecimiento de los organismos en la columna de agua, en ausencia de contacto con el fondo marino, impide además la llegada de mayor número de predadores (que no puede trepar por las cuerdas) y evita la asfixia de los animales por efecto del depósito de barro marino, evitando asimismo la alta deposición de arena; resultando el cultivo en una mejor calidad de los organismos.  Este sistema, desarrollado hace unos 60 años puede emplear las cuerdas en suspensión, desde un longline o desde una balsa, dependiendo de las condiciones oceanográficas.  El alimento es además, aprovechado a todo nivel de profundidad. La desventaja principal se refiere a la necesidad de contar con determinadas áreas, no sometidas a fuerte batido oceánico y exige mayor trabajo a los productores y por lo tanto aumenta la mano de obra; aunque pueden realizarse cultivos en forma familiar y estando los productores unidos en cooperativas o consorcios que les permitan compartir costos y aumentar tonelaje de producción. Las posibilidades de mecanización para cultivos mayores son escasas, aunque existe en Europa máquinas que desenganchan los mejillones de las cuerdas y los separan al momento de la recolección.  

La captación actual de semilla en nuestro país se realiza por el momento, en el Golfo de San Matías, dentro de la bahía de San Antonio y es efectuada por técnicos, que distribuyen la semilla a los potenciales productores, para el caso del cultivo (Mytilus edulis platensis) que se desarrolló recientemente en la localidad de Las Grutas (“mejillón rubio del golfo”) y traspasan a éstos las tecnologías adquiridas durante sus estudios y experiencias piloto.  Para el caso de los cultivos en desarrollo en las aguas del Beagle (Mytilus chilensis) se capta la semilla sobre bancos con poblaciones naturales. El método de captación empleado es sencillo y consiste en la oferta de sustrato apropiado y adecuadamente suspendido (colectores), donde se obtenga una importante fijación de larvas, colocados en determinados enclaves conocidos por los técnicos, como los de mayor respuesta en cuanto a producción natural; ya que no todos los sitios resultan ser aptos, ya sea porque las condiciones del medio no son favorables para la reproducción de los mejillones, o bien, porque las corrientes marinas alejan a las larvas nacidas en determinadas zonas o porque existen áreas donde es imposible suspender colectores sin riesgo de pérdida. En general, el material para colectores puede variar, habiéndose utilizado en el caso de San Antonio, trozos de red retorcida, de un largo de 7 m y un ancho de 0,50m, con chicote de 6 mm y 0,5 m de largo, en el extremo superior. En las cuelgas de sogas para cultivo, también se produce fijación de semilla, que en los casos de abundancia y calidad óptima, puede ser utilizada para generar mayores producciones posteriores. La semilla, a su vez, deberá ser colocada en cultivo en la época de mejores temperaturas para que el crecimiento sea rápido y alcance la talla de mercado antes de entrar en el período invernal. La que es recolectada de rocas, se coloca directamente en los tubos para encorde.

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Proceso Manual de inclusión de semilla en la red tubular de algodón

(Foto 1)

Una vez obtenida la semilla y encontrándose disponible para proceder al cultivo, se coloca manualmente. En un proceso que involucra destreza y material de redecilla de algodón especial (Foto 1). Para ello se la importa desde Chile. La producción de semilla artificial en forma controlada y en laboratorio (hatchery), aunque es una metodología conocida y posible,  no resulta rentable para el caso de los mejillones, siempre que exista abundancia de semilla natural. Una vez encordada, la semilla natural termina fijándose por medio de los filamentos de su glándula del biso y a medida que crece, ocupa mayor espacio sobresaliendo de la redecilla original que, con el tiempo se desintegra,  quedando los mejillones fijados a la cuerda de cultivo en racimos y cumpliéndose el período de pre-engorde, también conocido como de recría, en acuicultura.Todo el montaje, es acompañado de un metraje determinado de cabos y cuerdas, así como de espacios determinados entre cuerdas, siguiendo las adaptaciones de las tecnologías, que fueran realizadas para el caso de nuestro mar, por los profesionales del Instituto Storni, especialmente.

Las cuerdas son cargadas en cuanto a peso, de forma tal,  que se mantengan suspendidas y mantenidas, sin tocar nunca el fondo marino.

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Longline

armado con

las cuerdas colgantes,

suspendidos

en mar (Foto 2)

El longline para cultivo, queda entonces suspendido (Foto 2) , a modo de tendal que se extiende en general por debajo de la superficie del mar en sentido horizontal al plano del agua y se equilibra mediante boyas, colgando las sogas o cabos que portan las semillas de la cuerda madre ; incluyendo el cultivo un desdoble posterior a la finalización de la primera fase. Estos sistemas son anclados en sus extremos por medio de cabos y muertos suficientemente lastrados, de tal forma que el conjunto no sea desplazado por las corrientes marinas, en aquellas áreas consideradas aptas.  Para su colocación, se necesita contar con embarcación de porte determinado y debe quedar bien colocado y afirmado, como para no sufrir deterioros importantes durante el batido del mar o durante los posibles temporales, hecho que pude llevar a una pérdida de parte o de la totalidad del cultivo; aún en condiciones relativamente aptas. 

Asimismo, conviene considerar el boyado general (recuadro del área de cultivo), que impida el acceso a embarcaciones pesqueras al área total de cultivo, ya que ellas pueden afectar el sistema, produciéndose pérdidas importantes; suponiendo que el mismo ha sido avisado para su resguardo a la Prefectura Nacional argentina (PNA). 

La talla de semilla encordada puede variar entre 20 y hasta 40mm. Los encordes de semilla se realizarán en el mes correspondiente, según la región de cultivo (por ejemplo, abril, para Las Grutas) y la densidad de semilla utilizada es de cerca de 400 ejemplares por metro de cuerda (de 5,5 a 6,0 m de largo); en la misma zona, las cosechas comienzan en el mes de noviembre. Al finalizar el llenado manual de las redes tubulares en las que se introduce la semilla captada, aquellas toman el aspecto de embutidos de unos 12 cm de diámetro y, posteriormente, se trenzan o encollaran en las sogas o cuelgas. Esta tarea, así como otras necesarias, deben realizarse previamente en una base individual o compartida, situada en tierra y gran parte de ellas pueden ser realizadas por mujeres e hijos del entorno familiar, integrándose de esta forma a la producción por cultivo. Tanto sea utilizando la metodología de long-line como la de balsa, será necesario contar con un buzo para la realización de determinadas tareas periódicas de revisión, control, etc.  En cuanto a las tareas de recolección de las cuelgas en sí, una vez que el promedio de los animales ha alcanzado la talla comercial, es imprescindible contar con embarcaciones de porte determinado, que las recogen por medio de guinches o plumas adecuadas (inclusive con el aporte del buzo)  y las van colocando sobre cubierta para su traslado a tierra, a una planta de almacenamiento y desgranado, clasificación, empacado y expedición; debiendo cumplirse con los controles obligatorios y los análisis respectivos sobre certificación del producto, así como su trazabilidad desde el levante en el mar hasta su expedición; hecho que permitirá la puesta en relieve de un determinado valor agregado por ser el mismo procedente de cultivo y por la óptima calidad del producto, muy diferente al cosechado directamente del mar (especialmente en lo referido a su rendimiento en carne y liviandad valvar).

La producción de mejillón estará fundamentalmente relacionada a la época de reproducción de estos bivalvos marinos (captación de semilla natural), que se produce en temporadas determinadas y con picos de producción variables anualmente. Las sucesivas producciones de cultivo, deberán encadenarse en el tiempo, de tal forma que permitan al productor alcanzar el mercado durante gran parte o durante todo el año, a diferencia de la extracción natural que es de carácter estacional.  La organización de las ventas, puede hacerse en forma directa a empresas que actúan como mayoristas y que, incluso, poseen viveros especializados para el mantenimiento en vivo de los animales o bien a restaurantes de la región, de Buenos Aires o de otras provincias con consumo.

Esta metodología de venta, permite que el producto llegue al consumidor con periodicidad y con excelencia respecto de su calidad, acompañado de las certificaciones exigidas por la autoridad nacional competente (SENASA).   En general, los bivalvos deben proceder de zonas clasificadas previamente por sus características de calidad (A, B, C y D) según sean totalmente exentas o no de microorganismos (bacterias), metales pesados u otros factores adversos (especialmente si se deseara posteriormente negociar en mercado externo).  A nivel nacional, solamente la provincia de Río Negro, ha cumplido hasta ahora con la clasificación de sus zonas de producción de moluscos bivalvos dentro del Golfo San Matías (el San Matías posee zonas muy aptas para cultivo, exentas de marea roja, lo que favorecería ampliamente  este tipo de producción). Las zonas, una vez clasificadas, deben someterse a controles periódicos, que permitan continuar aseverando y demostrando, que ellas siguen manteniendo su acordada  clasificación primaria. Esta es una tarea que deben realizar las provincias interesadas en el desarrollo acuícola.

Por el momento, solamente en Las Grutas, Río Negro (ya en su etapa de comercialización de las primeras 15 toneladas producidas) y en el Canal de Beagle (actualmente en estado avanzado de cultivo), se está trabajando con mejillón.  En el caso de Río Negro, el esfuerzo del personal del Laboratorio de Semilla de Moluscos Bivalvos ha dado paso a la formación de una pequeña cooperativa (Maricultores del Golfo) que realizó la primera experiencia de cultivo comercial, apoyado por los técnicos y profesionales. En el caso del Beagle, se trata de productores artesanales que, mediante obtención de concesiones temporarias en el mar (en zonas previamente determinadas y licitadas por el gobierno de la provincia) y el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI), pudieron iniciar el entrenamiento necesario y suficiente (mediante Talleres implementados al efecto) y también bajo el apoyo de los mismos profesionales expertos en la materia, provenientes del Instituto Storni y de la propia provincia.

El caso de la producción emprendida en el Beagle puede considerarse, evidentemente, como la producción de mejillón más austral del mundo.  Las primeras experiencias fueron realizadas por profesionales del INIDEP mediante un aporte de presupuesto proveniente del Convenio Argentina-Unión Europea ( a través de la SAGPyA) y el apoyo de los técnicos residentes en Tierra del Fuego, que determinaron la disponibilidad de semilla y las metodologías de cultivo a utilizar (Lasta, 1998).  De esta forma se pudo determinar inicialmente la posibilidad de obtención de semilla de banco cercano y en dos localidades,  la factibilidad de los cultivos; así como el muy buen rendimiento en carne de los animales a la cosecha, con 7 a 9 kilos de mejillón por metro de cuerda colocada.   Las balsas y longline fueron colocados a profundidades de 15 m en la Bahía de Haberton y en la Isla Bridges, siendo los resultados obtenidos entonces, similares.  El crecimiento mostrado por el Mytilus chilensis fue asombroso, permitiendo pasar entonces de la imaginación a la práctica en materia de cultivo. Los bancos evaluados mediante el primer proyecto, mostraron excelente semilla en cuanto a calidad y abastecimiento suficiente; mientras que al mismo tiempo durante los primeros ensayos se ajustaron las metodologías, por el tipo de semilla,  tipo de costa y batido del mar.  El rendimiento en carne en Las Grutas resultó bueno y muy superior al producido por el mejillón de los bancos naturales. Por su lado, aún con la disminución en el crecimiento que se evidencia en el Beagle, por efectos de las menores temperaturas a partir del mes de abril, nunca el rendimiento es menor al 29%. El período de cultivo en el norte (hasta talla comercial de 6,5 a 7,0 cm) abarca unos 8-9 meses, mientras en la zona austral, es menor a 14 meses.

En Las Grutas, en longline, se desarrolló para el crecimiento hasta talla comercial y por cada emprendimiento, dos líneas de engorde confeccionadas en cabos de 20-22 mm, con 100 m útiles. En sus extremos llevaron riendas de 35 m y los fondeos en los extremos de cada una, fueron de 1000 kg, ya que albergó hasta 120 cuerdas de engorde (estos datos son a título informativo, ya que las estructuras diferirán según el sitio).

B.- Cultivo de ostra:  la “ostricultura” se conoce desde tiempos de los romanos, ya que ellos solían colocar conjuntos de ramas de pino sobre los fondos costeros (en lugares resguardados), cosechando posteriormente los moluscos adheridos y engordados para el placer de su mesa.  Durante mucho tiempo se explotaron los bancos naturales y recién en el siglo XVII en Francia, especialmente, se iniciaron los primeros desarrollos de cultivos, efectuados principalmente en salinas o lagunas costeras.  En Europa (Francia y otros países especialmente) la sobreexplotación de los bancos marinos, determinó la aceleración del desarrollo de las tecnologías de cultivo. En ese entonces, se dependía de los juveniles naturales para proceder  a su engorde final.  La ostra plana europea (Ostrea edulis) fue en principio la más explotada y luego pasó a ser la más cultivada, al existir reglamentaciones tendientes a la prohibición de su captura por arrastre en los bancos naturales.  En la década del ´20, la ostra plana fue diezmada por una supuesta enfermedad o por las elevadas temperaturas registradas entonces,   aunque posteriormente los cultivos fueron nuevamente continuados y poco a poco se mejoraron las técnicas primitivamente desarrolladas;  colocándose los mismos en lugares muy abrigados, como bahías, estanques naturales y lagunas ostrícolas.  A fines de la década del ´60, la ostra portuguesa (Crassotrea angulata) también explotada, comenzó a sufrir una enfermedad que produjo masivas mortalidades durante la década del ´70 e hizo desaparecer esta especie, principalmente en Francia.   Este país fue el que detentó, inicialmente, la mayor producción de ostras de Occidente, con un desarrollo intensivo e inicial sobre el Atlántico, hasta iniciada la década del ´60.

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Ostras concávas de cultivos (Foto 3)

La introducción accidental de la especie Crassostrea gigas (Foto 3), originaria del Pacífico, permitió reiniciar la producción a partir de 1967 con un desarrollo rápido en los diez años posteriores.Durante este lapso, la ostra plana tan apreciada por los consumidores, sufrió una disminución enorme debido al ataque de dos parásitos conocidos en ostricultura (Martielia y Bonamia) que se propagaron rápidamente a todos los cultivos, comprometiendo así las producciones.
Para 1984, Francia obtenía un 98% de producción basada en la ostra japonesa, sobre una superficie de 20.000 hectáreas de cultivo.  Europa, cultiva esta ostra en Francia, España, Portugal, Holanda, Reino Unido, Alemania e Irlanda. En el continente americano, se produce en Canadá y Estados Unidos (en ambas costas) y en latinoamérica en México, Perú, Chile (gran productor de C.gigas y O. chilensis),  Brasil (C.gigas) y, últimamente, Argentina.  En todos estos países el consumo de ostra se realiza principalmente en vivo. Por el lado del Pacífico oriental, casi todos los países producen ostra del Pacífico o cóncava (Taiwán, China, Corea y otros).    Tanto en Taiwán como en Japón, la ostra es un producto de bajo costo y su carne es muy apreciada cocinada en platos fritos o hervidos (por ejemplo, el omelette de ostras es muy común en los fast food ubicados en plena calle en Taiwán). La demanda del mercado ha sido favorecida por la urbanización y el abastecimiento, se origina en extensos cultivos desarrollados a través de numerosos años y merced al mejoramiento de las primeras técnicas conocidas.  Inicialmente, los cultivos se planificaban solo en las zonas intermareales hasta que, posteriormente, se desarrolló la técnica de cultivo suspendido sobre tablas y balsas (método japonés), que permitió duplicar la producción doméstica (antes de la segunda guerra, ya se producían en Japón, de 30.000 ton/año y en la década del ´60 se habían alcanzado las 240.000 ton). Durante esa época, Japón exportó parte de su producción hacia Estados Unidos. Posteriormente, los cultivos se estancaron en cerca de 250.000 toneladas en vivo (42.000 ton de carne). Actualmente, Japón importa producto de EUA y de Chile (en carne). En este país, los métodos de recolección de semilla del medio ambiente están controlados y estandarizados,  de tal forma que en los meses previos se cuenta ya, con los datos de los parámetros ambientales y la densidad de semilla probablemente producida al año.

Las ostras se ubican junto a los moluscos bivalvos, siendo incluidas en la familia Ostreidae.  Poseen dos valvas, de estructura diferente. La valva superior derecha es plana, alargada o circular, mientras la izquierda es cóncava dejando en su interior un hueco que permite el desarrollo de la masa visceral. Algunas ostras como la Crassostrea son ovíparas, mientras otras como la Ostrea, son larvíparas. La fecundidad puede ser mayor o menor, dependiendo de las especies. En general, el género Crassostrea es costero, mientras el Ostrea es mayormente oceánico.  Las valvas están constituidas (como en todos lo bivalvos) de carbonato de calcio, en forma de bandas superpuestas  y en el caso de la japónica, se puede observar en una de las valvas un ornamento formado por un cierto número de ondulaciones muy típicas.  Son moluscos distribuidos en todos los océanos y por lo tanto en todos los continentes, existiendo un número alto de especies. Entre ellas, las más cultivadas son: Crassotrea gigas, C. Angulata, C. virginica, C. sikamea, Ostrea edulis, O. lurida, etc.  En nuestro país, la única ostra nativa que podría acceder a cultivo (con lento crecimiento), es la Ostrea puelchana (ostra puelche o plana), con excelentes ejemplares en bancos naturales muy exiguos, por lo que su explotación está vedada. Esta ostra presenta la desventaja de ser atacada también por los parásitos antes mencionados, que disminuyen su producción en cultivo por altas mortalidades.  Por motivos relacionados a los cultivos (y que exceden a este informe) actualmente, se cultiva la Crassostrea gigas, especie exótica que fuera introducida a inicios de la década del ´80 en la costa sur de la provincia de Buenos Aires (Carmen de Patagones) y que posteriormente formó un banco “natural”, del cual fueron seleccionados reproductores y se obtuvo semilla artificial inicialmente en el laboratorio o  hatchery de San Antonio. Este hecho, logrado por primera vez en el país, permitió el desarrollo de los actuales cultivos (existen cerca de 10 ton anuales de producción actual, obtenidas por diversos productores instalados en la costa sur de la mencionada provincia).

Los Ostreidos se alimentan directamente por absorción de materia orgánica disuelta en el agua y por ingestión de las partículas en suspensión. Esta absorción (carbohidratos, lípidos) puede representar en estos moluscos hasta un 5% o más de la energía particulada consumida y hasta el 22% de la energía particulada absorbida, según algunos autores.  Las partículas minerales y orgánicas al ser filtradas son retenidas a su vez por las branquias recubiertas de mucus y cilias e ingeridas (así como parcialmente digeridas) en el estómago gracias a una serie de enzimas . Los residuos de la digestión, luego de pasar por el intestino, son evacuados al exterior, con las heces. Al igual que en los mejillones, si las partículas son demasiado grandes o abundantes, son rechazadas por los palpos labiales y expulsadas como pseudoheces, sin ser introducidas.  La tasa de filtración depende de la temperatura, de la cantidad y la calidad del alimento disponible, de las corrientes marinas y de la propia talla del molusco.  Según las especies, esta tasa de filtración será diferente. Así para la ostra cóncava, la tasa de filtración es cinco veces mayor que en la ostra plana europea. También existe un mecanismo de regulación de la filtración relacionado al número de células fitoplanctónicas presentes en el medio (lo que es considerado muy importante, para trabajar el cultivo inicial en cautiverio). 

La reproducción en las ostras es sexual y los gametos femeninos y masculinos se liberan al agua donde se produce la fecundación. Mientras en el caso de la O. edulis y la O.puelchana, el hermafroditismo es de tipo sucesivo y entonces los gametos no maduran sincrónicamente (Pascual & Zampatti, 1998) ; en la C. gigas, por el contrario, la sexualidad es alternativa y el animal actúa como macho o como hembra dentro del curso de una determinada estación, cambiando de sexo al año siguiente. Este alternancia anual de sexo está controlada por parámetros ambientales como la temperatura, la nutrición e inclusive factores hormonales internos del organismo. Los trabajos continuos de investigación, han mostrado que existe una relación muy estrecha y positiva entre la velocidad de maduración de las gametas, así como la influencia de la temperatura en la estación previa otoñal, mientras no existe relación alguna con las temperaturas invernales. Tanto la O. edulis, como la C. gigas, han sido estudiadas muy profundamente, por ser las dos ostras más sometidas a cultivo;  aunque existen otras especies que también son conocidas hoy en día desde el punto de vista biológico y de cultivo.   A diferencia del género Crassotrea, en la Ostrea, la fecundación de los óvulos, se produce internamente, en la cavidad denominada paleal. Allí también las larvas son incubadas durante 8-10 días, al cabo de los cuales se liberan al exterior.  Las larvas pasan a través de una serie de estadios formando parte del plancton marino, hasta que el último de éstos, al encontrar un sustrato adecuado sobre el que fijarse, lo hará gracias a la glándula del biso que segrega una especie de pegamento que fija la ostra al colector o sustrato natural. En este momento culmina la metamorfosis, desapareciendo algunas de las estructuras larvales finales y la larva termina transformándose en una ostra joven, que es la denominada “semilla” que puede adquirir el productor. En general, la supervivencia larvaria dependerá principalmente de la temperatura y de la salinidad en menor cuantía. La duración de la vida larvaria está por supuesto, íntimamente ligada a la temperatura del medio (en la gigas es de 15-20 días y en edulis entre 8-14 días). En los ambientes naturales, la tasa de sobreviviencia varía según los años, pero en los considerados como buenos es cercana al 10%. La especie de C.gigas pareciera ser totalmente independiente de la salinidad, como lo demuestran varios estudios realizados en Francia. Aunque no se conoce la importancia que tienen las bacterias en la alimentación, se sabe que ellas constituyen una buena parte de la misma en forma natural,  junto a las microalgas marinas. La disponibilidad de alimento en las áreas de cultivo es esencial para la elección previa del sitio. Factores de calidad humana podrían llegar a influir sobre la desaparición de suficientes elementos planctónicos para la vida de las ostras (como sucedió en algunas costas por acción de pinturas tóxicas) que impidieron el reclutamiento natural anual y la captación de la semilla para avance de los cultivos;  mientras la inversa (por efecto del pastoreo de las ostras sobre el fitoplancton ) no será producido porque las propias heces o pseudoheces producidas por los organismos en cultivo , actuarán como portadores de nutrientes que serán puestos nuevamente a disposición en las aguas para los organismos marinos , gracias a las corrientes marinas y a la recirculación existente.

Históricamente, se conoce según antecedentes registrados, que el cultivo de ostras (o la captación de semilla y su posterior engorde) se practicaba en el sur de Chile, desde principios del siglo VIII, existiendo constancia de haberse seleccionado las mismas, para una comida ofrecida al Príncipe de Gales, en ocasión de su visita  a San Carlos de Bariloche.

El cultivo de ostras en nuestro país constituye una actividad promisoria que se inició en 1999, gracias a la fuerte dedicación de los profesionales y técnicos del Laboratorio de investigación y hatchery de moluscos bivalvos en el desarrollo de las tecnologías para el cultivo intermareal y suspendido de la Crassotrea gigas, de alta respuesta en crecimiento y amplio rango de resistencia a condiciones ambientales, así como a enfermedades producidas por conocidos parásitos.  Por el momento, la provincia de Buenos Aires y la de Santa Cruz, realizaron experiencias apuntando a la obtención de un rápido crecimiento de esta ostras en los dos tipos de cultivo que se conocen como los más aptos para el caso de nuestra costa atlántica. Las restantes provincias con posible acceso al desarrollo de esta ostra de cultivo (Chubut y Río Negro) esperan de las respectivas autoridades, la posible introducción de la especie,  para proceder de esta forma al desarrollo de una muy ansiada actividad de buenos ingresos y alto recupero, así como posibilidad de trabajo familiar.   La provisión de semilla es condición determinante de una producción ostrícola, al igual que en el caso de los mejillones.  La captación de la semilla de ostra en el mar, a partir del banco existente, es posible y se efectúa ya;  aunque sería conveniente un control, actualmente inexistente por el momento (ya que el actual banco carece de estudios respecto de su dinámica poblacional, extensión, crecimiento, disponibilidad de semilla, etc.)  Para proceder al desarrollo de una actividad comercial de envargadura y no siendo suficiente la semilla aportada por el banco,  se podrá en caso de necesidad, importarla desde el exterior. Para el caso de Chile, existen 5 hatcheries productoras de gigas (desde Coquimbo al norte, hasta Coyaique al sur).  Brasil produce semilla pero no se autoabastece, adquiriendo con continuidad desde Chile.  Actualmente, existe en Argentina un Laboratorio de Patología de moluscos bivalvos, por lo que la introducción de semilla de ostra del exterior (munida de las certificaciones correspondientes), podría ser controlada de ser necesario; por lo tanto sería totalmente factible, en caso de necesidad, considerando la reforma de la Resolución N° 1087/94 (ex SAGyP) según la problemática que se planteara en el futuro.

La semilla que fuera transferida al productor desde el Laboratorio de San Antonio, mide entre 5 y 8 mm y se acondicionan en cajas de telgopor para su envío (dentro o no,  de heladeras portátiles), según el tiempo horario hasta su recepción. Este Laboratorio puede producir a pleno entre 1 y 2 millones de semilla.

Los sistemas para producción de ostra, abarcan dos técnicas comunes de cultivo, que son conducidas según las características de los sitios costeros seleccionados para ello.  Tanto en el sur de la provincia de Buenos Aires, como lo sería también para Chubut y en Santa  Cruz, el cultivo puede realizarse con la técnica denominada de “sobreelevado”.  Estas costas cuentan con sitios submareales aptos para ello, que quedan al descubierto solamente durante cuatro a seis días al año. El volumen de agua que los cubre es de tipo moderado, permitiendo al productor un manejo del cultivo con botes artesanales.  El resto de la costa argentina, por el contrario, obliga al uso de la técnica de suspensión, ya explicada para el caso del cultivo de mejillón, con algunas variantes propias en cuanto a los cerramientos o contenedores de semilla.  De las sogas o cabos utilizados en el sistema de longline para ostras, se cuelgan cerramientos denominados universalmente “linternas”,  construidos en red de malla adecuada, que pueden mostrar diferentes formas. Allí se alojan las pequeñas ostras inicialmente, para proceder a la fase de pre-engorde a determinada densidad que, posteriormente, es disminuida a medida que el cultivo avanza y los moluscos crecen (pudiéndose cambiar además la malla de la linternas empleadas).  En sistema suspendido, la inversión es más alta y para proceder al cultivo se necesitan embarcaciones de mayor porte, incrementándose el riesgo (por temporales, por ejemplo); debiéndose utilizar, periódicamente, un buzo.  Es importante, por lo tanto, seleccionar con criterio el sitio antes de la implantación de los sistemas.  En el caso de la técnica de cultivo sobreelevada, las mesas de hierro son de construcción artesanal y las bolsas de malla de nylon, de predeterminado tamaño, se colocan amarradas sobre aquellas (Foto 4 )

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Colocación en el mar de las mesas de cultivos

Técnica sobre-elevadas (Foto 4)

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Colocación en el mar de

las mesas de cultivos

Técnica sobre-elevadas (Foto 5)

Las mesas o estructuras de hierro (con sus patas hincadas en el sedimento), son colocadas en la zona intermareal de baja profundidad y quedan al descubierto solamente durante las mareas extraordinarias (Foto 5).

A medida que los ejemplares colocados en las bolsas o en las linternas, van aumentando de tamaño y de peso, debido al acelerado crecimiento manifestado, las mallas iniciales de 2 mm son reemplazadas por otras de mayor abertura, hasta que en la etapa final del cultivo son utilizadas mallas de trama de 2 cm de abertura.  Las bolsas se dejan caer suavemente desde una embarcación (en la parcela destinada al cultivo), procurando que se desplacen normalmente sin voltearse. Las mesas son marcadas con boyas para facilitar su detección, cuando se requiera cumplir con las prácticas periódicas de cultivo a lo largo del ciclo. Las bolsas pueden ser manejadas y hasta recuperadas a pie por los cultivadores, cuando las mareas son suficientemente bajas, o bien, desde el bote de apoyo levantando los cabos que indican las boyas demarcatorias colocadas previamente durante la instalación.  Una vez que los moluscos comienzan a crecer, luego de su instalación (sea en bolsas sobre mesas o en linternas)  al finalizar el pre-engorde, se hará necesario disminuir el número de ejemplares (bajar la densidad de cultivo) y cambiar las mallas, ya que al aumentar el tamaño y por lo tanto el peso de los animales, el espacio para el crecimiento se reducirá. Al disminuir las densidades, se proveerán las condiciones más apropiadas para el buen desarrollo, obtención de excelente producto y alto rendimiento en carne (muy importante) en relación al porte de las valvas.  Esta operación de pase de un pre-engorde a engorde a menor densidad, es conocida como “desdoble” y en los cultivos de la costa atlántica argentina, se efectúan según el cronograma de la Tabla 1. Periódicamente, en el caso del cultivo en bolsas, será necesario realizar algunas prácticas: volver las bolsas;  sacudirlas (evitando que las ostras queden atrapadas en la red y mueran o crezcan deformadas), golpear enérgicamente a los ejemplares entre sí, ayudando a romper los bordes de crecimiento (para obtener mayor rendimiento en carne); etc. En el caso de tratarse de sistemas de cultivo en suspensión, se colocará la semilla adquirida en los pisos de las linternas, que portará malla de 2 mm, inicialmente. Al finalizar el proceso, la malla aumenta hasta 50 mm.  Las linternas son boyadas a su colocación, para una correcta y rápida identificación.  Al aumento de tamaño de las ostras, se necesitará contar con mayor  cantidad de linternas para disminuir la densidad de ejemplares (n° de ostras por piso de linterna). En este momento la malla será de 7 mm de abertura. Al tiempo se aumentan las linternas, para ubicar la cantidad total de ostras sometidas a cultivo. El desdoble y distribución de las ostras, se hace con mallas de abertura de 10-22 mm, según el crecimiento observado.  El cultivo suspendido se complementa con una base en tierra  y la mano de obra de un buzo, contratado para el control periódico de la instalación.   Las tareas respecto de la confección y reparación de bolsas o linternas, desdoble y reducción de número o densidad, embalaje, etc., deben ser realizadas en una estructura existente en tierra, convenientemente instalada cercanamente a la costa;  pudiendo ser individual o montada por un conjunto de productores asociados.

El sistema de “mesas submareales” incluye menor inversión, ya que se realiza en aguas de menor profundidad y es independiente del buceo. El análisis económico desarrollado para cultivo de este último sistema de producción,  registró que la actividad requiere una inversión inicial poco significativa en relación a los ingresos netos que proporciona y los saldos acumulados a generar, siendo la TIR del 92% anualizada (2000). Así y todo, el sistema suspendido también es sumamente rentable, siendo esta ostra muy aceptada en mercado interno y externo.  La inversión total, de más de $ 10.000, no resulta una cifra significativa, respecto de los saldos positivos acumulados y el cultivo en sí mismo.

Comercialización y mercado: terminada la cosecha, los mejillones son enviados a una planta para su desgrane, clasificación (separación por tallas y separación de otros moluscos no comercializables actualmente, limpieza y empaque en  vivo, en bolsas adecuadas.   Las ostras se cosechan, cepillan y se colocan vivas en cajas de telgopor, divididas por capas de goma pluma embebida en agua de mar, papel o cartón, e incluso material de algas marinas.  Toda producción para su comercialización debe contar con el certificado emitido por laboratorio del SENASA o bien, laboratorio aprobado por ese organismo.  En los dos casos,  tanto de mejillones como de ostras, nuestro país se abasteció durante años de producción proveniente de importación, desde Chile. Para el caso de las ostras, se importaban aproximadamente alrededor de 50-70 toneladas anuales, en su gran mayoría en vivo, que eran incorporadas por los negocios mayoristas a las ventas (directamente o a través de viveros especializados) y constituía un mercado consolidado en Buenos Aires, sin marketing acompañante para aumento del mismo. Los puntos de mayor entrada al país fueron siempre Ezeiza en un 95% , repartiéndose el resto entre la Aduana de  Mendoza y la de Puyehue, en el sur.   En el caso de mejillones, los productos fueron de tres tipos: en vivo, en fresco y ya industrializados (enlatados) y en todos los casos el origen fue Chile, durante toda la década anterior y los puertos de entrada, los mencionados anteriormente. Hoy en día, nuevas medidas económicas mediante, es posible la producción y el ingreso de los productos de moluscos bivalvos al mercado interno mayorista y con posibilidad al externo (Estados Unidos para ostras cóncavas).  Para el caso de las ostras, su venta realizada en vivo, previo certificación sanitaria, alcanzaban el mercado de Buenos Aires, en cerca de $ 3,50 a 3,80 /kilo vivo (flete a cargo del productor) , mientras los mejillones de producción inicial, fueron comercializados en el 2002, en pie de producción, a $ 2,50/kilo vivo (flete a cargo de la empresa). El desabastecimiento de los mercados internos por efecto del cambio producido en la moneda, puede favorecer la competitividad de nuestro país para producción de productos de alta calidad, en cantidad y con continuidad; que será favorecida merced a la asociación de productores. Esta producción, que para ambos casos (mejillones y ostras) podría avanzar hacia su industrialización a medida que aumente en cantidad (y no se disminuya la misma por extracción de producto de banco), permitiría el trabajo de numerosas familias de cultivadores y posiblemente empresas, si las mismas decidan ser pioneras en producción para utilización del producto no solo en vivo, sino también en lo referido a aprovechamiento de su carne en congelado o conserva. Por el momento, el producto acondicionado para envío en vivo, es vendido a empresas radicadas en Buenos Aires que acopian prácticamente todo el volumen en producción actual, manteniéndolo en viveros, cuando se trata de calidad máxima.   Aunque actualmente no existe producción como para pensar en una posible exportación, es importante que las provincias interesadas en desarrollar la misma más intensamente en el futuro, contemplen junto al SENASA las reglamentaciones a cumplir por nuestro país para una futura exportación de moluscos bivalvos, tanto en relación a la Unión Europea (tarea que nunca fue concluida) o en relación a un futuro comercio con Estados Unidos, para lo cual sería importante ponerse en aptitud de exportación, cumpliendo los requisitos necesarios de la FDA norteamericana, que ya ha demostrado su interés en este aspecto (respecto de EUA, Argentina nunca ha intentado ponerse a tono con las reglamentaciones para envío de moluscos bivalvos en vivo).  Para dar una idea de un buen desarrollo, acompasado y logrado en el tiempo, mencionemos que la industria chilena de ostras, exportó 1,4 millones de dólares para 1995.  En el año 2000 las exportaciones abarcaron (enero a mayo) 267,7 ton netas. Los principales países de exportación abarcan: Japón, Inglaterra, Taiwán, Hong-Kong, Singapore, Malasia y Tailandia.  Una de las empresas abocada a este tipo de cultivo, registra 400 ton de producción ( 30 millones de ejemplares a la cosecha) y se encuentra orientada principalmente a la producción de carne congelada IQF en media valva y ostra sin tapa, especialmente direccionada a los mercados asiáticos, siendo la media valva, exportada a Japón que absorbió el 95% de su producción obtenida en 1999.     El inicio de una empresa en este tipo de cultivo, no obliga a grandes inversiones, por la simplicidad de las metodologías utilizadas. Las grandes empresas cosechan más de 5 millones de ejemplares, las medianas, 1 millón y las pequeñas no se acercan a esta última cifra.  La actividad de ostricultura solamente, ha generado en Chile fuentes de empleo estable para más de 600 personas al año, acompañado por más de 1.000 contratadas en forma estacional; mientras que las pequeñas producciones ocupan aproximadamente a 50 personas.  El organigrama de las empresas es simple: un dueño administrador del centro de cultivo,  un encargado experimentado, obreros estables y contratados en tierra, mar y buzos que, en general, poseen bajo nivel educacional. En determinadas temporadas la dotación puede hasta duplicarse.  Dentro de América Latina, es importante señalar el desarrollo que logró Brasil en el área de los cultivos de bivalvos (mejillones y ostra cóncava) especialmente en la región de Santa Catalina.   Los cultivos incentivados por los profesionales de la Universidad de este Estado inicialmente (dentro de los que se involucraron directamente),  fueron desarrollados a nivel artesanal-familiar, alcanzando una producción de 6.000 ton de esta ostra, sobre las 9.000 totales obtenidas para el año 2000. 

Costos de implantación de un cultivo:

En cultivo suspendido de ostras (partiendo de semilla de laboratorio), deberá contarse con un aproximado de $ 12.000, mientras que para proceder al cultivo del mejillón,  la inversión es menor (no necesitándose linternas). En sistema de mesas para cultivo de ostras, la inversión ha sido calculada por los técnicos en cerca de $ 10.000, con una utilidad al 4° año de $ 32.600.   La recuperación de la inversión se produce en cerca de 12-16 meses (dependiendo del cultivo), siendo la rentabilidad alta para el productor.  Los siguientes materiales y equipos, deben ser contemplados en la inversión:  

·     semilla de ostras

·     muertos anclaje longline

·     embarcación (9 m de largo, casco rígido 

            y equipo complementario)

·     boyas (2 k/c/u) unidad

·     cabos                                                                     

·     linternas                                                               

·     mesas (en hierro y por unidad)                         

·     instalación en tierra                        

En el caso del cultivo de ostras, si la semilla proviene de laboratorio, mostrará un costo superior; mientras como ya dijimos, para cultivo de mejillón la semilla es siempre, de captación natural.  

a) Desarrollo inicial (cultivo ostras, sistema submareal sobre mesas, solamente en el sur de la provincia de Buenos Aires o enclaves de la provincia de Santa Cruz):                 

Se inicia con semilla producida por el criadero argentino o de captación directa (según la provincia), que será en el primer caso, transferida al productor en forma acondicionada para su traslado y que miden inicialmente entre 5-8 mm de largo total.  La semilla de ostra se produce artificialmente, cuando no existe naturalmente en el mar. Una vez seleccionado el sitio y programada la producción final, se construyen y afirman las mesas de hierro en el sitio previamente elegido con las bolsas de tamaño estándar y de trama de nylon de 2 mm que contendrán las primeras ostras (semilla captada o de producción). Estas mallas son cambiadas sucesivamente hasta que en la etapa final, alcanzan los 2 cm de trama. Un pescador o productor artesanal, puede iniciarse con 10.000 semillas, contando con 1 mesa de hierro y 5 bolsas iniciales yuxtapuestas sobre las mesas o parrillas de hierro. Este cultivo en bolsas ofrece ciertas ventajas respecto del suspendido: mejor crecimiento y calidad de producto, facilidad de explotación y menor mortalidad frente a temporales existentes; mientras que los inconvenientes pueden referirse a riesgo de colocar excesivo número de ejemplares, con un resultado de mal crecimiento y mayor depósito de sedimento.  La producción proyectada al inicio, arrojará un total de 1,5 a 2,0 toneladas al cabo del período señalado. Las mesas se marcan con boyas para su identificación y durante el ciclo, estas últimas se recuperan de a pie o en bote, levantando las boyas demarcatorias. La semilla se colocará en cultivo, al inicio del año de cultivo, aprovechando las mejores temperaturas para crecimiento, durante cerca de dos meses y medio hasta antes de entrar en la época de disminución térmica (fines de abril), aprovechando por ejemplo, desde febrero a fines de abril.  Si bien el crecimiento no se detiene totalmente en el invierno, disminuye pronunciadamente y se retoma nuevamente en septiembre cuando las temperaturas aumentan, iniciándose las cosechas para la época de las fiestas de fin de año, cuando el mercado es más demandante.  La mortalidad resultante (sin pérdidas de bolsas) es despreciable.

Al aumentar las ostras iniciales de tamaño, el espacio se reduce para mejor crecimiento y entonces se debe proceder al desdoble y cambio de mallas y bolsas. Se necesitará entonces mayor número de mesas para distribución de los ejemplares en mayor cantidad de bolsas (se cambian 3 veces durante el periodo total).

Tabla 1: planificación del cronograma de desdobles 

Mes/duración

Malla de cultivo

Densidad de cultivo  por bolsa

Febrero (3 meses)

2 mm

1.000 individuos

Mayo (tres meses)

15 mm

500 individuos

Octubre (3 meses)

30 mm

150-200 individuos

Tareas periódicas: desate de bolsas y remoción de ostras, volteado y sacudido enérgico, golpeteo entre individuos.

b) desarrollo para cultivo de ostras en sistema suspendido de longline:

Cada linterna, que puede formarse por 10 pisos, es abastecida con 2.000 semillas sembradas por piso (20.000 en total). La malla inicial será de 2 mm. El proceso total, finaliza con linternas de malla de 50 mm. Una vez seleccionado el sitio (reparo, comunicación previa a la instalación a la PNA para boyado y exclusión de pesca, etc.) se colocarán los longlines, con sus boyas respectivas. Estas portan cada una 2 kg, 14 litros de capacidad y 30 cm de diámetro, debiendo resistir una profundidad máxima de 70 m.  El longline es además boyado en sus extremos y anclado al fondo con muertos de pesos adecuados.  Los muertos y las boyas se conectan por medio de cabos  de diámetro apropiado. Las cuelgas donde se instalarán las linternas, también están conformadas por cabos apropiados al peso que soportarán.  A medida que las ostras crecen, deberá colocarse un mayor número de linternas, con 700 a 900 ejemplares por piso (según la talla); necesitándose entre 12 a 15 linternas de malla de 7 mm. Finalmente, durante el período de cultivo, se deberá contar con 50 linternas de malla de 7 mm, que portarán alrededor de 250 ostras por piso. En la última etapa, la distribución será de 30 a 40 ostras por piso de linterna, con mallas de 20-30 mm de abertura (según crecimiento de los ejemplares).  La mortalidad resultante (sin pérdida de linternas) es de 5 al 10% durante todo el período de cultivo.  Todas las tareas de instalación y boyado, deberán realizarse con acompañamiento de una lancha de casco rígido, de cerca de 9m de largo, pequeña cabina y radio de comunicación, en condiciones de navegabilidad y con matrícula aprobada por PNA.  Se deberá contratar un buzo que regulará el tendido y constatará periódicamente la estructura in situ, de lo contrario, desde la misma lancha se deberán subir las estructuras para su periódico control.

El cultivo en sistema suspendido, permite que los ejemplares se mantengan alejados del fondo del mar, posibilitando la obtención de ostras de extraordinaria calidad, que son mantenidas constantemente bajo agua, con mayor aprovechamiento del abundante alimento en disponibilidad.  A lo largo de las costas de las provincias argentinas, con amplio litoral, este tipo de cultivo suspendido permitirá el desarrollo de la ostricultura y la mitilicultura  a gran escala, con mayor éxito cuando exista un apoyo del estado a nivel provincial y nacional. 

En ambos casos de cultivo, las tareas a realizar en tierra, en estructura ad hoc, ya han sido mencionadas en el transcurso de este trabajo.  Las gestiones necesarias para el caso de implantación de un cultivo de ostra cóncava deberán ser llevadas a cabo en el caso de la provincia de Buenos Aires, en la Dirección de Pesca, edificio en 12 y 51 (6° piso), La Plata y los permisos se otorgan son de tipo provisorio, renovables.  Para el caso de la provincia de Santa Cruz en Río Gallegos,  Dirección de Pesca y Puertos, calle Avellaneda 801 (Río Gallegos) o en la Dirección de Pesca del Chubut (9 de julio 280-Rawson).

Para el caso de cultivo de mejillón, en cualquiera de las provincias con litoral marítimo, podrá efectuarse la gestión para obtención de una parcela o sitio (concesión) para instalación y asentamiento (mar y tierra), frente a las correspondientes administraciones pesqueras, respectivas (actualmente su cultivo se produce en Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego).

C.- Cultivo de la vieira:  el caso de este molusco bivalvo tan apreciado en el mercado, fue tratado experimentalmente en varias ocasiones por los profesionales del Instituto Storni, aunque en ese entonces se descartó el mismo debido a la explotación existente sobre vieira tehuelche (Aequipecten tehuelchus) con rastra y buceo,  sumado a la pesquería de profundidad sobre al vieira patagónica (Zigopecten patagonicus), siendo que esta última actualmente está en explotación pesquera.  De todas formas existen suficientes experiencias desarrolladas sobre captación de semilla en ambiente natural y últimamente, sobre reproducción artificial de semilla en laboratorio, por lo que dadas las condiciones de mercado y sus perspectivas de crecimiento, llevarían a la necesidad de producción por cultivo, poniendo a disposición las tecnologías ya desarrolladas, terminándose de poner a punto las mismas en forma rápida. Existiendo factibilidad de captación de semilla natural, es evidente que los costos inclinarían la balanza hacia este tipo de obtención.

La “pectinicultura” o cultivo de vieiras (u ostiones), constituye una importante realidad a nivel mundial.  Existen más de 350 especies distribuidas a nivel mundial, de las que solamente unas 15 se producen en cultivo. De los Pectínidos ha derivado el nombre de su cultivo, que cada vez contribuye más sostenidamente a la producción total.   Mientras en el año 1985, solo el 31% era aportado por los cultivos, en 1995, más del 65% de la producción procedía de éstos, significando 1.675.000 ton de las que el 50% era aportado por China, el 11% por Japón y un 0,5% por Chile. Las especies más estudiadas han sido en Japón, la Patinopecten yessoensis, mientras que Europa desarrolló los estudios y tecnologías de cultivo para 2 de las 28 especies existentes, siendo el Pecten maximus y el P. jacobeus, que junto a la Chlamis opercularis conforman las especies más apreciadas desde el punto de vista comercial.  La especie de P. maximus fue estudiada durante años en el IFREMER el mayor Instituto de Francia referido al estudio de moluscos bivalvos.  Las técnicas de reproducción, en el caso de no obtenerse suficiente captación en el medio ambiente, constituyen la base del cultivo, con el acondicionamiento de los reproductores obtenidos naturalmente, mediante el control de los parámetros ambientales.  El P. maximus europeo alcanza la talla comercial en cerca de dos años, con un diámetro aproximado de 10 cm.

El conocimiento de la biología en general, y de la reproductiva en particular, especialmente desarrollada sobre la especie de Pecten maximus, fue el punto alcanzado para el logro del desarrollo de los sistemas de cultivo. 

La morfología de los Pectínidos se caracteriza por mostrar dos conchillas o valvas desiguales, siendo la valva inferior convexa y la superior aplastada.  Característica de las valvas es presentar una serie de costillas que se despliegan desde la charnela, en abanico, acompañadas de numerosas estrías finas y concéntricas.  Lateralmente, la valva superior muestra dos orejas muy conspicuas con igual desarrollo (se trata de la típica estructura de la conchilla shell).  La anatomía de los Pectínidos, es similar a la ya observada en general para los moluscos bivalvos, tratándose de una especie hermafrodita, con una gonada dividida en dos partes: masculina de color blanco y femenina de color anaranjado bien conspicua, según su estadio de madurez.    Una característica propia de estos moluscos es la presencia de ocelos dispuestos en el margen de la estructura denominada manto, en la extremidad de la valva. Cada ocelo, presenta una estructura compleja similar a un verdadero ojo.  El Pecten maximus, conocido mundialmente como la tan famosa “coquille Saint Jacques” puede superar en su ambiente natural los 15 cm de diámetro y es la especie más grande conocida.  Se extiende en toda la costa atlántica europea, mientras que el P. jacobeus, por el contrario,  es una especie endémica del Mediterráneo. Otras especies, como el ostión del norte en Chile (Argopecten purpuratus), el P. yassoensis, de Japón, etc., son cultivadas en igual o menor escala.  La vieiras habitan sobre el fondo de los mares (costeras o a mayor profundidad), siendo libres y excavando una ligera depresión en la que reposa manteniendo las valvas ligeramente entreabiertas para filtrar el agua circundante de la que obtienen su alimento, principalmente constituido por el fitoplancton. Solamente se desplazan cuando son atacadas o molestadas, cerrando entonces en forma brusca sus valvas y alejándose a los saltos, sobre varios metros.  El ciclo biológico, al igual que se vio para otros moluscos bivalvos consta de una parte planctónica larval y una bentónica, caracterizada por la reproducción y la metamorfosis producida.

El período larval en ambiente natural puede durar entre tres a seis semanas y el momento de la fijación se produce cuando la larva ya pierde su capacidad de natación y se fija a un sustrato. Durante un período que puede abarcar hasta seis meses, se mantiene fijada por el biso a un sustrato, a una talla de 25-30 mm. Durante esta fase, los animales son altamente vulnerables a la predación por otros animales. El período de juvenil libre, dura alrededor de 1 año y la talla aumenta hasta 70 mm, adquiriendo el animal los hábitos del adulto, abandonando el soporte  y adoptando una posición que le permite enterrarse en el sedimento o cerrar bruscamente las valvas y huir.  Las valvas aumentan de grosor y se hace menos vulnerable a los predadores naturales. La adquisición de la madurez sexual, se produce en general, en torno a los dos años de vida. Su crecimiento es, primero  rápido,  para luego disminuir hacia la mayor edad y a los 5-6 años se hace muy lento. La madurez sexual está marcada por la aparición del órgano hermafrodita, con su gonada femenina y masculina.  La puesta de óvulos y la fertilización puede producirse varias veces al año, durante la época estival, con varias decenas de millones de óvulos puesto por el animal y por año.  La mortalidad es elevada.  La reproducción es una fase crítica que supone una sincronización entre los factores internos (edad adquirida, tasa de crecimiento, particularidad genética de las poblaciones, puestas simultáneas, etc.) y los externos;  entre ellos, principalmente, la temperatura y la cantidad de alimento disponible y el fotoperíodo. La salinidad influye en menor intensidad.  En la costa marina, se producen picos de emisión de productos sexuales, correspondientes a diferentes meses del ciclo reproductivo, acompañado de un complejo sistema hormonal que actúa durante la reproducción de estos moluscos. En sistemas artificiales se necesita acondicionar a los reproductores durante una fase preliminar para la emisión de gametas. Se los somete a un shock térmico, obteniendo la sincronización de las emisiones femeninas y masculinas. La alimentación debe ser controlada estrictamente y deben elegirse con seguridad las algas microscópicas necesarias para el alimento a ofrecer. El control de la temperatura, permitirá evitar los cambios bruscos en este parámetro, que podrían producir emisiones incontroladas de las gametas. El fotoperíodo, regulado con intensidad lumínica adecuada, permite actuar positivamente sobre la emisión de las gametas.  La reproducción debe hacerse cruzadamente, evitando la autofecundación de los ejemplares. El cultivo se continúa con una fase de nurseri donde se desarrollan los principales órganos del adulto a excepción de las gonadas. El pre-engorde y el engorde, que se desarrollan luego de la primera fase de cultivo interno, se efectúan ambos, a mar abierto en sistemas suspendidos en linternas, al igual que para el cultivo de ostras. Las principales causas de mortalidad durante las fases de cultivo bajo techo, se deben al estrés que sufren los ejemplares. En el cultivo se pierde una cantidad estimada a priori (menor a las fases anteriores, de 20-30%), debido en parte al cambio de alimentación y en parte a las prácticas obligadas durante las manipulaciones de pre-engorde, especialmente. La mortalidad es mínima durante la última fase de engorde hasta obtención de talla de mercado (sobrevivencia superior, en general,  al 80%).

Los estudios efectuados por profesionales sobre captación de semilla en el Golfo de San Matías, mostraron durante 5 años, que este hecho podría ser limitante de los cultivos, ya que existieron asentamientos variables y fluctuantes, mostrando temporadas de reclutamientos exitosos y temporadas nulas.  En los últimos años, las experiencias de captación realizadas, dieron resultados más  importantes, cambiando el tipo de colectores utilizados. Durante el período ´96-´97 los resultados obtenidos fueron sumamente exitosos.  Los relevamientos de estas características realizados a su vez en el Golfo San José (donde existe también una pesquería) y efectuado sobre colectores de diferente material, produjeron también resultados diferentes. En ambos golfos y en diferentes experimentaciones, el colector constituido por fibra de jarilla, mostró  ser el mejor. 

El ciclo completo de laboratorio fue realizado a partir de 1997, lográndose la obtención de fijación de semilla y su posterior cultivo en linternas adecuadas, demostrándose la factibilidad del cultivo y su posibilidad en cuanto el mercado muestre una demanda importante de producto para abastecimiento, por ahora no evidenciada.

Comercialización:  si bien la vieira nativa, o tehuelche, no presenta ejemplares de alto rendimiento en cuanto a crecimiento, también es cierto que ella fue exportada con calidad durante un largo tiempo hasta que se sobreexplotaron los bancos naturales y que hoy en día se explota y exporta la vieira patagónica, de talla aún menor; por tales motivos convienen tener presente los datos sobre el crecimiento del cultivo del ostión o vieira chilena, y otros datos generales de su mercado; aunque el ostión chileno, es actualmente similar en posición arancelaria a la “coquille Saint Jacques”.

Parte del desarrollo de este sector en el vecino país, especialmente en las aguas del norte (80% de los centros de cultivo), ha llevado a un crecimiento altísimo en producción, estando actualmente ubicado en tercer lugar en el ranking mundial de cultivo, estando considerado como un reconocido exportador.  En 1998, el 95% del desembarque de producto provenía de las III y IV Región. El mayor destino de la producción chilena es la exportación y constituye el segundo producto luego de la salmonicultura en cuanto a volumen e ingresos generados.  En exportación, Chile envió en 1998, 2.014 ton de producto seleccionado. Su principal destino es Francia (84%), seguido de Alemania (8,5%) y Argentina (5%), de producción o de cultivo.  Los precios internacionales para la categoría alcanzada por el ostión chileno se han mantenido estables a través del tiempo, siendo de cerca de U$S 12.000 por tonelada.

Otras especies: el desarrollo de las técnicas de cultivo para algunas de las denominadas “almejas”, han sido iniciadas tanto en Chile como en Argentina, aunque por sus dificultades ,se deberá esperar mayor tiempo para poder  contar con tecnologías adecuadas, presupuesto acorde y avances significativos. Quizás el interés de inversores privados individuales o a través de cámaras pesqueras, se alcance el apoyo a los profesionales y técnicos y se aumenten las posibilidades de desarrollar las tecnologías para los cultivos de estos Moluscos tan apreciados, como pueden ser las llamadas “navajas”, la “almeja amarilla”, la “cholga paleta” u otras especies que puedan ser demandadas por los mercados externos e internos. 

Mercado: el consumo de mejillón en Argentina es desconocido, pero recabando información sobre tres años (1999-2001), según estadísticas de la SAGPyA, se computan  a nivel nacional: 353; 236 y 185,8 tons de extracción pesquera, para los años mencionados y resumiendo los datos ofrecidos por el Mercado Central de Buenos Aires (SENASA) para 1997 y 1998, se registra la entrada de 21 tons para mejillón y almeja (sin diferenciar en 1997) y un cupo de 8,6 tons de mejillón para 1998.  El mejillón representó en este último año, la mayor entrada en cuestión de moluscos bivalvos, seguida por la ostra (58 kg), las vieiras (18 kg) y la almeja (5 kg); pero es importante tener en cuenta que no todos los productos de consumo pasan a través de este mercado, por lo que ello solamente sirve a título informativo.

Actualmente, se puede decir que no existe prácticamente introducción de material acorde a la demanda, que provenga de Chile (por razones económicas); por lo que para el momento actual y futuro inmediato, el cultivo de moluscos bivalvos puede ofrecer condiciones aptas para ello.

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